Carl Gustav Jung
Recuperarse de momentos difíciles
La vida tiene algunos momentos alegres, otros aburridos, unos tristes, otros muy divertidos, otros desafiantes. La vida tiene de todo. Y así seguirá siendo, afortunadamente.
Lo importante es cómo transitamos esos momentos, sobre todo los tristes y difíciles. ¿Cómo nos recuperamos después de un evento complicado? Eso depende en gran medida de una capacidad llamada resiliencia.
Es definida por la Asociación Americana de Psicología (APA por sus siglas en inglés) como el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Significa “rebotar” de una experiencia difícil, como si uno fuera una bola o un resorte.
Algunos componentes de la resiliencia son:
La resiliencia emocional se puede observar cuando eres capaz de calmar tu mente tras una experiencia negativa. Está relacionada con la motivación intrínseca, una fuerza a través de la cual podemos brindarnos soporte durante los vaivenes de la vida.
También puede ser vista como una manera de vivir que está entrelazada con la auto-confianza, la auto-compasión y un alto auto-conocimiento. Es una vía a través de la cual nos empoderamos para percibir adversidades como temporales y podemos transitar a través del sufrimiento y el dolor. Significa recuperarnos de un momento complejo y no permitir que dañe nuestra motivación interna.
De acuerdo a Conner y Davidson, creadores de una escala para medir la resiliencia, existen ciertas características en las presonas resilientes, las cuales incluyen:
Esta capacidad o habilidad es muy importante, no solo porque nos permite salir de los baches, sino también porque las personas con un bajo nivel de resiliencia pueden sentirse deprimidas, victimizadas, desmoralizadas, desconectadas, cansadas o fatigadas, muy estresadas, con dificultad para continuar, sin esperanza.
Por lo tanto, vale la pena trabajar en incrementar esa capacidad natural. Aquí comparto algunas vías para hacerlo.
Vale la pena mencionar que las maneras principales de desarrollar la resiliencia incluyen tener un buen sistema de soporte, manter relaciones positivas, tener una buena auto-imagen y una actitud positiva.
Otros factores que pueden contribuir son:
Un ejemplo de comportamiento resiliente puede involucrar:
Para finalizar, te dejo unas preguntas para plantear un plan para fortalecer tu capacidad resiliente:
Recuerda que la resiliencia es como un músculo el cual hay que ejercitar frecuentemente para que funcione mejor y se fortalezca. Date momentos todos los días para estar contigo, conocerte y saber qué es lo que te afecta y qué es lo que te ayuda. Practica estrategias de manejo de estrés.
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